La casa de la asegurada, el equipamiento urbano del IMSS para los cuidados de las familias mexicanas. Revisión de las actividades desarrolladas entre 1956 y 1960
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Abstract
Las Casas de la Asegurada (CA) , se fundan en 1956 por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como herramienta para mejorar la seguridad social de las familias mexicanas a través de la mujer, considerada la aglutinadora del núcleo familiar. Proponían que, a partir de la adquisición de ciertos conocimientos por parte de las mujeres, estas podrían encaminar a las familias mexicanas a una mejor calidad de vida haciendo énfasis en los lazos familiares, en lo cotidiano y sobre todo en los cuidados . La primera CA se inauguró el 27 de enero de 1956 en San Bartolo Naucalpan y a finales de 1959, funcionaban 13 CA en el Distrito Federal y 73 en toda la República (Ramos Villalobos, 2015: 47). En 1960 las CA pasan a denominarse Centros de Seguridad Social y Bienestar Familiar brindando espacios formativos a los familiares de los derechohabientes, sin una exclusividad a las mujeres (IMSS, 2015: 3-4) de modo que los programas de actividades se modificaron. La finalidad inicial de las CA era “ayudar a la liberación económica, espiritual y social de la mujer, especialmente por el camino de la educación y el aprovechamiento de cuantos recursos y elementos se pueda disponer, para la satisfacción de las necesidades más apremiantes de la familia” (IMSS, 1958: 5-6). Además, proponían “mantener el principio de que las funciones de esposa y de madre, se cumplen mejor cuando la mujer tiene la preparación debida y cuando dispone de una casa apropiada y forma un hogar, en donde sus hijos estén bien nutridos, vestidos, sanos, con escuela y un porvenir asegurado”. Y por último planteaban “aprovechar debidamente los momentos desocupados de la mujer, en actividades constructivas y de carácter educativo; lo que, lejos de apartarla del cumplimiento de sus obligaciones domésticas y de sus altos fines morales en el seno de la familia y de la colectividad, la hacen más digna y respetable”. (AISS, 1956 a: 65-66). Estos equipamientos, diseñados por algunos de los más grandes arquitectos viviendistas mexicanos como Mario Pani, Salvador Ortega, Alejandro Prieto y José María Gutiérrez, han sido totalmente olvidados en la historia de la arquitectura mexicana. Se considera pertinente la revisión de ellos desde una perspectiva de género, que ayude a entender a profundidad sus programas y objetivos, para visibilizar las incoherencias producidas en el tiempo entre las primeras propuestas que buscaban la liberación económica, espiritual y social de la mujer, y las posteriores que proponían objetivos y actividades que no se alejaran de los patrones aceptados, donde el hombre tiene el papel dominante y la mujer está relegada a los cuidados de la familia y el hogar. Debido a su extensión, en este texto se estudia únicamente el programa de las primeras CA desarrolladas entre 1956-1960.